¿Eres de los que piensan que jugar al fútbol es más que darle una patada al balón? ¿Que el ciclismo es más pedalear? ¿Que ir al gimnasio todos los días no sólo sirve para conseguir el cuerpazo del año? Dicho de otra forma… ¿piensas que el deporte sirve para mucho más que para hacer deporte? ¡Entonces eres de los nuestros!
Si empezamos septiembre con nuestra particular primera lección de la ‘vuelta al cole’ (ver lo mejor de los demás a través del prisma deportivo), ahora queremos indagar en el resto de valores del deporte que podemos aplicar en familia. La ‘vuelta al cole’ sigue su rumbo y en nuestra mano está motivar a los más peques a que pongan en marcha los valores deportivos en su día a día.
Juego en equipo
Lo dice nuestra quinta cláusula del Manifiesto Urban Hero: “El trabajo, si es en equipo, mejor”. Para conseguir la recompensa hacia todo el esfuerzo hecho, el deporte enseña unidad y esto es una de las primeras cosas que los niños pueden aprender en casa. Pensemos en el ejercicio de poner la mesa. ¿Se acaba antes si lo hace uno sólo o si se reparte entre los hermanos? Trasladado al deporte, es cierto que el compañero que marcó tendrá el reconocimiento “mediático”, pero sólo gracias al pase ha sido posible anotar el tanto.
Disciplina
No suele ser lo más divertido, pero del deporte aprendemos las habilidades para saber desenvolvernos de manera responsable en el inevitable mundo de los adultos que nos espera. Ser puntual (¿qué haría el entrenador si llegas tarde a todos los partidos?), cumplir con los entrenamientos (¿qué pasaría si pasas de estirar y te pones a correr directamente?), tomarte en serio las reglas del juego (¿seguirías en el equipo si comentes faltas constantemente?)… los deportes enseñan que tenemos que trabajar duro.
Afrontar riesgos
Al igual que en la vida, en el deporte también se corren riesgos. Pasa en el deporte de élite, pero también a nivel amateur. Corres el riesgo de equivocarte, de fallar un pase, de no lanzar el aro con la suficiente fuerza, de adelantar en el peor momento. También corres el riesgo de lesionarte, de hacerte daño. Pero no por ello debemos abandonar el sueño de convertirnos en quienes queremos ser.
Superación
Seguro que tú también fallaste el primer tiro que lanzaste a canasta. Pero sigues intentándolo. Te compras unas buenas botas, haces piña con los colegas y te propones ir todas las tardes a la cancha a seguir jugando al baloncesto. Eso es superación, el seguir intentándolo pese a los fallos. Como dice el proverbio, la vida no es un camino de rosas, pero si cuando nos caemos sabemos levantarnos el resultado puede ser extraordinario. Lo mismo con los exámenes: si suspendemos, tendremos que estudiar más la próxima vez.
Estos son algunos valores a modo de pinceladas… ¡pero seguro que a ti se te ocurren muchos más! 🙂